Día 1: Vuelo de Madrid a Tanger y llegada Asilah

Comienzan las vacaciones ¡Qué gran frase! Cuántos días imaginando, cuántos días marcando la cuenta atrás, cuántos días siendo motor que evade de la rutina. Y por fin llega y todo empieza. Pero esta vez es diferente porque para que lo haga, primero tiene que acabar. Tenemos que trabajar y la mañana se hace semana y no ves el momento de salir. Es como si ese rato no contara porque lo que está por venir es mejor y a veces la cabeza se escapa. Más, si has salido de casa sin poder dejar cada cosa donde quieres que esté cuando llegues, sin poder colocar cada cojín en su lugar del sofá que le corresponde y sin poder pasar la mano por las sábanas para que a la vuelta, la cama te reciba como te mereces. Sí, hay alguien que tiene ese toc ¿Qué le vamos a hacer?

Salimos del aeropuerto Adolfo Suarez de Madrid a las 21:00 h y por primera vez en nuestros vuelos low cost, se retrasa. Poquito. Lo justo para contar como anécdota pero sin que suponga problema. Tremenda tormenta la que nos despide y qué bonita se ve cuando no moja.
Somos de esas personas que viajan sin facturar, con apenas un par de maletas de cabina y cuatro equipajes de mano para cada familia. Y lo que nos parecía imposible en nuestros primeros viajes, se ha convertido en habitual y al final con un poco de organización, imaginación y jabón de trozo para lavar, viajar con poco, es posible.

Otra cosilla que tiene viajar barato es que los asientos son al azar. Y qué curioso que el azar siempre quiera que nos toque a todos y a todas separadas (menos menores de 12 años). Creo que ya nos hemos acostumbrado. Compartir intimidad con desconocidos y desconocidas es muy muy curioso, y el pudor ya queda atrás si justo te toca en el asiento del medio en una fila de tres. Si la situación te resulta incómoda, siempre puedes echar un ojillo a los asientos que quedan libres o comenzar la negociación con las personas que tienes al lado para que cuando se apaguen las luces de abrocharse los cinturones, puedas intentar conseguir la pole del asiento deseado.

El vuelo se nos hace muy corto comparado con los últimos en los que nos ha tocado volar. En apenas una hora, te plantas en otro país, en otro continente y sin apenas despeinarte. Los coches de alquiler los hemos reservado con antelación y los cogemos en el mismo aeropuerto. Pero se nos complica y al final acabamos con doble seguro, retención de fianza por tres meses y 200 euros menos en la cartera. Aunque amables, muy amables. Y que el ritmo no pare, no pare, no. Estamos de vacaciones!

Hoy dormimos cerca de Tánger. Nos hubiera gustado poder visitarla pero tendrá que ser en otra ocasión. Ahora toca descansar en Asilah. Con ganas, no lo podemos negar. El cuerpo está cansado y la mente alborotada por estas cosas que no son tremendas pero revuelven un poquito.

Salud y más puentes y menos vallas.